Ronaldo, el grande : Desde la red

07 diciembre 2006

Ronaldo, el grande

Si el fútbol fuera mitología, Ronaldo sería una especie de héroe caído, un Aquiles moderno, cuyo talón fue una rodilla pero al que le dio tiempo de escribir, en un año, una de las páginas más bellas de la historia del fútbol.

Ronaldo llegó a Barcelona procedente del PSV Eindhoven en 1996. Las imágenes que llegaban de Holanda presagiaban algo grande pero ni mucho menos tanto como al final demostró ser.

Y es que en esa temporada, la única en que vistió la camiseta azulgrana, Ronaldo marcó la friolera de 47 goles en 49 partidos, algunos de ellos los más hermosos que se han visto en la historia del fútbol moderno.

Junto a los Guardiola, De la Peña, Figo y Luis Enrique y bajo las órdenes del entrañable Bobby Robson, el Camp Nou vio hacerse grande a este portento de la naturaleza que se vino a llamar Ronaldo.

Hace poco, Arrigo Sacchi, uno de los técnicos que lo vio de cerca (ya en el Real Madrid), le dedicaba estas palabras: "Dios te ha dado demasiado y tú quieres aprovechar tan poco...". Un elogio que esconde un reproche. Seguramente injusto.

Después un buen primer año en el Inter -marca 25 goles y conquista la Uefa-, y un segundo un tanto irregular, Ronaldo cae gravemente lesionado el 12 de abril del 2000 en un Lazio-Inter. Una rotura del tendón rotuliano de la rodilla derecha lo deja 20 meses en el dique seco. Y a partir de entonces, el brasileño nunca volverá a ser el mismo.

En el Mundial de Corea y Japón vuelve a golear y el Real Madrid de Florentino se lo lleva de un golpe de talonario pero, por mucho que se engañen algunos, Ronaldo ya no es el mismo. Las lesiones lo hicieron madurar y humanizaron al mito. Mantuvo la puntería, excepcional, un punto de velocidad y todo su olfato. Pero con el yeso la magia se esfumó para siempre. Por eso Sacchi es injusto.

Para el recuerdo quedan imágenes imborrables como la galopada de Compostela, el gol imposible al Valencia atravesando la defensa por el centro, la cara de Bobby Robson clamando al cielo y llevándose las manos a la cabeza o ver a monsieur Blanc sonriente haciendo ver que le limpiaba la bota al astro.

Aquel año el Barça fue segundo en la Liga pero conquistó la Supercopa de España, la Copa del Rey y la Recopa de Europa. Ronaldo fue el Pichichi de la Liga 96-97 con la friolera de 34 goles y el año siguiente fue galardonado con Balón de Oro al mejor jugador del Mundo.

Sus diferencias económicas -o mejor dicho las de sus representantes- con el presidente Núñez terminaron en ruptura y, después de sólo un año en can Barça, Ronaldo se marchó al Inter ya bautizado como 'Il Fenomeno'. Era un mito, un goleador imparable, uno de los delanteros más completos que han existido jamás.


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