Cuando Messi es medio Barça
Messi se lesionó el martes pasado en el Camp Nou ante el Celtic en el partido de vuelta de los octavos de final de la Champions. Era un partido casi casi de trámite, un partido que será más recordado por la enésima caída del astro argentino que por el resultado (1-0).
Messi se fue llorando del campo, consciente de que el pinchazo que sintió era una rotura. Acertó. Seis semanas estará en el dique seco y se va a Argentina "a desconectar".
Mientras, aquí en Barcelona, se queda un equipo tan roto como él. Entre el frío de la grada y los despropósitos del equipo se echa en falta la anarquía de Leo, esa chispa que enciende a unos y a otros y que incendia al rival en una jugada eléctrica, en una carrera imposible, en un gol de genio.
Tanto es así que el Barça entero, sin Messi, parece un equipo débil y segundón. Un equipo incapaz de plantar cara, por ejemplo, al Villarreal. Un síntoma feo cuando se encara el tercio decisivo de la temporada. Un síntoma que técnico y jugadores deberían revisar porque, como dice el maestro Johan, "Si todo se acaba en Messi, el problema del Barça es muy grave"...
No hay comentarios:
Publicar un comentario