Malos vicios
El fútbol, como la vida, también tiene sus malos vicios (a los buenos se les llama costumbres). Jugar de memoria es a veces una virtud pero si eso te hace monótono y previsible pasa a convertirse en un problema. Y el Barça, cuando ataca, es demasiadas veces monótono y previsible.
Rijkaard parece haberse dado cuenta de eso y trata de inculcar nuevos mecanismos que sustituyan a los viejos vicios. Todo el mundo parece estar de acuerdo en que marear la pelota en la frontal del área rival haciendo el parabrisas en plan balonmano es un mal vicio.
Para contrarrestarlo los técnicos del Barça han econtrado varias opciones. Una, devolver el protagonismo a las bandas, apostar por Messi, por el Henry extremo o, como ante Osasuna, por el controvertido Giovani que ahora entra cuando se funden los demás. Otra opción es elevar el ritmo del juego, intercalar balones largos con el pase corto, en definitiva, imitar lo que mejor hacen los ingleses. La tercera variante que ha encontrado Rijkaard es más prosaica: colocar a Messi de media punta y que haga lo que él quiera.
1 comentario:
hola està bién tu blog si quieres hacemos intercambio de links:
http://aficionatcule.blogspot.com/
Publicar un comentario