Pero... ¿sabe realmente Rijkaard de fútbol?
No es broma, me lo pregunto seriamente. Es un gran gestor de egos, no pierde nunca la calma, confía ciegamente en sus principios, es educado -algo excéntrico pero educado-, entiende a los jugadores, le gusta el 'jogo bonito'... Sí, todo eso es cierto, pero, ¿sabe Frank Rijkaard realmente de fútbol? ¿Alguien lo calificaría como un estratega del fútbol?
Como jugador lo ganó todo en el mejor Milan de la historia. Era un mediocampista completísimo que tanto atacaba como defendía, de esos que leen los partidos y saben adaptar el ritmo de los encuentros a los intereses de su equipo.
Como entrenador, llegó al Barça casi sin experiencia y, después de una floja primera vuelta, se trajo a Edgar Davids en frebrero y el equipo terminó subcampeón con una excelente segunda vuelta y marcando estilo.
Luego vinieron dos Ligas y una Champions. El Barça jugaba bien, ofensivo, siguiendo la escuela holandesa y defendía también bien, en bloque, agresivamente, siguiendo la escuela italiana. En medio, Rijkaard aparecía como el diseñador apacible de este nuevo gigante del fútbol.
Un gigante que ha resultado ser efímero y que no ha sabido marcar época porque ha perdido sus señas de identidad a las primeras de cambio. Y en eso, como en el los méritos, también tiene su culpa el bueno de Franklin.
Después de la decepción del año pasado, el Barça va camino de quedarse otra vez en blanco. Rijkaard no ha sabido enmendar las carencias de ayer con fichajes de garantías y parece impotente en el día a día, incapaz de tomar decisiones tácticas decisivas. No es precisamente un gran estratega. Cambia jugadores como si fueran cromos pero siempre con el mismo y previsible esquema. Ni siquiera cuando el Betis avisaba que iba a remontar fue capaz el técnico de salir del banquillo y hacer cambios. Vive entregado a la autogestión, quizá porque en el fondo no sabe tanto de fútbol...
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