Guardiola vs Rijkaard (1er round)Laporta vs LaportaLa Eurocopa, el Barça y España : Desde la red

22 julio 2008

Guardiola vs Rijkaard (1er round)

Tiempo habrá de analizar en profundidad el trabajo de Pep Guardiola al frente del nuevo Barça. Faltan muchos partidos y faltan muchas ruedas de prensa pero lo que ya se intuye es un cambio de estilo, un cambio de costumbres que ejemplifican el giro que se ha tomado en can Barça.

Si Rijkaard era la mesura y el control, una especie de 'be water my friend' futbolero, Guardiola es la pasión por el fútbol en estado puro. Se diría que Pep se acuesta y desayuna fútbol, respira fútbol, habla en clave de fútbol. Siempre. Su tono es apasionado, sus gestos enérgicos, su talante ganador.

Le irá como le irá, pero de entrada me da muy buen rollo que el entrenador del Barça sea de aquí, sea del Barça y viva el fútbol como él. Una apuesta por el fútbol espectáculo pero desde aquí. Con tics holandeses y brasileños, sí, con currantes y especialistas, sí, pero diseñado desde el corazón del nuevo fútbol blaugrana. Ojalá haya paciencia para que este nuevo estilo triunfe.

08 julio 2008

Laporta vs Laporta

La moción de censura ha dejado a Joan Laporta al borde del abismo culé. El presidente apela a la mayoría silenciosa -al 80% que no votaron-, para legitimarse en el cargo, pero lo cierto es que más de un 60% de los que fueron a votar, la friolera de 23.870 socios, no le quieren ver ni en pintura.

El solito ha dilapidado su crédito. Ya lo dijo Sandro Rosell, poniendo el dedo en la llaga de su ex amigo: "El mayor enemigo de Laporta es el propio Laporta".

La afición se ha cansado de las salidas de tono de Jan y, como si de un circo se tratara, el sector más exaltado de la grada ya pide su cabeza en bandeja de plata. Es un fenómeno digno de estudio. La imagen pública de Laporta, pésimamente gestionada por él y sus ayudantes, ha pasado de abanderado de la generación puntocom, joven y exitoso, a despreciable corrupto y embaucador, símbolo de negligencia y arrogancia.

En eso tiene buena culpa el propio Laporta. Ha medido mal sus intervenciones públicas, se ha dejado llevar por un catalanismo excluyente, ha tolerado la relajación en el vestuario, se ha mostrado servil con las estrellas e impertinente con algunos aficionados, su arrogancia le ha ido creando enemigos por el camino y poco a poco se ha ido quedando solo con sus fantasmas.

Por mucho que él apele a la mayoría silenciosa, las encuestas le piden que dimita de forma unánime. Y sus generales, negándose a caer con él, han dado un paso atrás. Es el precio del presidencialismo autoritario. En definitiva, un escenario incómodo para el barcelonismo y una bomba de relojería si el equipo de Guardiola no funciona como un reloj desde el primer día. La guerra por el sillón mejor colocado del palco ha empezado... otra vez.

01 julio 2008

La Eurocopa, el Barça y España

España rompió el gafe de los cuartos de final y se proclamó campeona de Europa con todo merecimiento después de practicar el mejor fútbol del torneo.

Luis Aragonés juntó un grupo excepcional de jugadores y encontró ese delicado equilibrio entre el 'jogo bonito' y el 'saber competir'. Se olvidó del taca-taca de los Albelda, Raúl y compañía y apostó abiertamente por el tiki-taka de Cesc, Xavi, Iniesta, Silva... Eso, más Casillas y el puntito de suerte que siempre se necesita para ganar un torneo así, fueron suficientes para que España volviera a saber lo que es ganar una Eurocopa.

Este triunfo, incontesatable y pletórico, despierta sin embargo sentimientos contradictorios en el seno del barcelonismo. Sentimientos que van desde la euforia compartida con muchos españoles (Canaletas se llenó de aficionados celebrando el título) hasta culés que no solo muestran indiferencia sino que sienten aversión por todo aquello que tenga que ver con la 'roja'.

Tanto da que los azulgrana Xavi, Iniesta y Puyol hayan sido puntales de esta selección ganadora. Tanto da que Xavi haya sido elegido el jugador más valioso. O que el catalán (y ex blaugrana) Cesc marcara el gol decisivo en la tanda contra Italia en los temidos cuartos de final. O que Capdevila, otro catalán, haya sido un intocable de Luis. Y, lo que es peor, tanto da que estos jugadores hayan desplegado el mejor fútbol del torneo, fútbol de alta escuela, fútbol en mayúsculas.

Si no ven esto, si no simpatizan con esto, los que no han disfrutado con este equipo no son futboleros. Son forofos de club, hinchas politizados, fantasmas de la posguerra. Ellos se lo pierden.