Zaragoza decideCinco errores en unoEl problema del Barça : Desde la red

28 mayo 2007

Zaragoza decide

Ganó el Madrid, ganó el Barça y ganó el Sevilla. A falta de dos jornadas, todo indica que la Liga se decidirá la próxima jornada, después del parón -inoportuno parón- que da paso a las selecciones.

Los árbitros y los maletines han protagonizado una jornada vivida con una intenisdad inédita en esta Liga. De sosa y previsible ha pasado a tomar aires épicos y de infarto. El Madrid sigue su racha imparable de victorias -ha ganado nueve de sus diez últimos compromisos- aunque esta vez tuvo la inestimable ayudita del árbitro que no vio una clara mano de Van Nistelrooy en el primer gol merengue (3-1, terminó el partido). La jugada fue redonda, abrieron la lata gallega y se ahorraron la quinta amarilla del holandés que le hubiera impedido jugar en La Romareda. Tema maletines: El Deportivo, sin nada en juego, jugó como si le fuera la vida. Lo que hace el dinero...

El Barça por su parte, también cumplió (1-0), como lo viene haciendo últimamente, con la gasolina justa y salvándose por la campana. La pronta expulsión de Ronaldinho y el recital de patadas de los bien amaestrados pupilos de Schuster -desatados ante la permisividad del colegiado Pérez Burrull- pusieron contra las cuerdas a un Barça que se las prometía muy felices cuando Ronaldinho adelantó al equipo en el minuto 2. Más maletines: El Getafe, como el Depor sin nada en juego, se dejó la piel en el campo por algo más que el orgullo.

Por último, siempre ahí, como la sombra, está el Sevilla. Los andaluces sufrieron para doblegar a un Zaragoza muy entero. Al final, la imparable dinámica ganadora de los Juande y el empuje de un Sánchez Pizjuán enamorado de su equipo acabaron por poner la guinda (3-1). Los sevillistas no acusan desgaste alguno y no aflojan, dispuestos a estar en la pomada si Barça o Madrid fallan. Ah, el maletín... Debió haber, debió haber. Aunque el Zaragoza sí se jugaba algo: estar en la UEFA.

Así las cosas, la Liga puede decidirse la próxima jornada. Con el Barça jugando de nuevo en casa contra un Espanyol que ya no se juega nada -salvo el previsible maletín-, El Real Madrid viaja a Zaragoza con todo en el aire. La racha triunfal se le tiene que romper un día y cada vez queda menos Liga. La capital maña, en otros tiempos feudo pro-madridista, es hoy un aspirante a 'grande' que ha demostrado saber jugar a fútbol y que sabe crecerse en los momentos difíciles.

La conexión argentina de los maños con los Milito, Aimar y D'Alessandro puede ser la clave que haga tropezar al hierático -y afortunado- Capello. Máxime cuando de la victoria depende el Zaragoza para no perder una plaza de UEFA por la que el Villarreal, apretando desde atrás, parece dispuesto a pelear hasta el último momento.

15 mayo 2007

Cinco errores en uno

Corría el minuto 89 de partido. El Barça ganaba 1-0 al Betis. Los de Rijkaard perdonaron en la primera parte y especularon -casi sin fuelle- durante toda la segunda. En un ataque de resultadismo inusual, en la grada y en el campo sólo se esperaba el pitido final. Pero, antes de eso, quiso el azar que los temores se hicieran realidad. En una jugada fatídica llegó el gol bético y el liderato, fugazmente recuperado, se escapó otra vez a Madrid.

Mucho se ha dicho sobre el origen de los males del Barça. Sobre la decadencia del ciclo, la relajacion de ese equipo campeón, de la falta de entrega y del bajón físico.

Pero, en honor a la verdad, y sin ánimo de vender positivismo barato, hay que decir que el Barça mereció, por mucho, ganar al Betis de Luis Fernández. Los azulgrana dominaron, perdonaron claras ocasiones en el primer tiempo y llevaron el peso del partido hasta que se les acabó la gasolina.

Eso no quita que un error propio, una secuencia de fallos en cadena, trajeran la desgracia al Camp Nou en forma de lo que Cruyff llamaba "detalles". En concreto fueron cinco detalles fatales:

1. La falta de Eto'o. El camerunés, sobreexcitado por la vergüenza de Getafe y su falta de puntería ante el Betis, cedió una falta innecesaria en el medio del campo que originó la jugada del gol.

2. Nadie dificulta el saque. Entre las quejas al árbitro y el desconcierto por colocar la defensa en el área, nadie se preocupa por dificultar el saque rápido.

3. La ausencia de Gio. El lateral izquierdo abandona su posición y no llega a tiempo para cerrar la internada de Sobis.

4. Los centrales, despistados. Tampoco los centrales, a priori marcadores del delantero bético, se percatan de la jugada hasta que es demasiado tarde.

5. Valdés cede el palo corto. El portero del Barça, enorme todo el encuentro, cede ante el disparo del brasileño el hueco que se le supone debe tapar siempre en estos casos.

Todo eso, en el último minuto de partido y sin tiempo para reaccionar. Cierto que son todos errores achacables a la falta de concentración de los jugadores del Barça pero, que se den todos juntos, es algo muy parecido a eso que llaman 'mala suerte'...

14 mayo 2007

El problema del Barça

El Barça ha entrado en barrena. El equipo va a la deriva. Por juego y por resultados. Anoche ante el Betis dio muestras de mejora en algunos compases pero los errores de concentración, la falta de acierto y una cierta indolencia, terminaron por hacerle ceder un empate en casa. El Madrid de Capello ya es líder. Habrá que buscar algún responsable...

Jugadores. Hay quien piensa que los máximos responsables de las derrotas son siempre los jugadores (Cruyff era de estos. Se reservaba para sí el mérito de las victorias...). En parte, es verdad, pero solo en parte. A ciertos niveles, a los jugadores se les suponen cosas: compromiso, ambición, lucha, concentración. En esto, los del Barça fallan. Pero no son los únicos culpables.

Entrenador. Es el que coloca a los jugadores en su sitio -en el campo y fuera de él-, el que gestiona los egos de cada uno para sacar el máximo de ellos individualmente y como equipo. En el Barça ese es, o debería ser, Frank Rijkaard. Y salta a la vista que no lo está consiguiendo. El equipo es una sombra de sí mismo, apenas encuentra "su" juego. Cada uno hace la guerra por su lado y los errores son cada vez más y más graves.

Preparación física. El Barça está fundido físicamente. Los jugadores llegan agotados a los finales de partido y pierden fácilmente la concentración. Individualmente muy pocos están a tono. Y sólo Messi y Eto'o buscan el uno contra uno. Eso es inaceptable en un equipo de primer nivel.

Preparación mental. La ambición, las ganas de ganarlo todo, muchas veces hacen que un equipo llegue allá donde no llega su calidad o su físico. Sólo hay que ver al Liverpool de Benítez. Y eso se lleva dentro pero también se prepara. En el Barça, pocos los parecen llevar dentro y nadie parece prepararlo.

Planificación. Con o sin autogestión del vestuario, lo que es indiscutible es que un equipo debe ser diseñado desde arriba. Entrenador y director técnico deben elegir las mejores piezas para montar su equipo. Y diseñar la preparación para sacar el máximo. Quizá por la resaca ganadora del año pasado, eso no se hizo a conciencia el verano pasado. Y el Barça de ahora está pagando las consecuencias. Jugadores 'de relleno' que no marcan diferencias, otros 'mayores' desgastados física y animicamente, piezas sin recambio, giras incómodas para sacar dinero. Algo falla ahí.

Los otros. Los ciclos existen. Todos los equipos tienen un ciclo. Los delicados equilibrios que los encumbraron terminan descompensándose y, casi siempre sin saber muy bien cómo, terminan desmoronándose. A eso, hay que sumar, que los demás equipos se preparan, crecen nuevos proyectos con sus ciclos. Y se conjuran para doblegar al campeón. El ciclo del Barça da signos de agotarse. Muchos de sus resortes dan síntomas de agotamiento. Todo lo contrario que Madrid, Sevilla y Valencia. Hacen falta cambios. Y de eso se han de encargar los responsables.