Rijkaard toma las riendasRobaldinho, el ladrón de ilusiones : Desde la red

17 diciembre 2007

Rijkaard toma las riendas

Algo ha cambiado en el Barça. Algo ha cambiado en el grupo. Y no es que Ronaldinho esté en el banquillo (que también), que Eto'o haya vuelto enchufado (por mucho que diga que busca la chispa) o que Henry se haya roto (otra vez por su maltrecha espalda). Lo que ha cambiado por encima de todo es Rijkaard.


Hace poco puse el holandés de vuelta y media aquí mismo, unos párrafos más abajo. Su indolencia y su apatía hacían presagiar lo peor en un panorama en el que parecía haber perdido la ilusión y el liderazgo. Y justo es que reconozca su cambio de actitud. El hombre tranquilo ha aparcado la indolencia, eso sí, con su calma habitual y, tras fumarse su enésimo pitillo (de la risa o no de la risa) decidió lo mejor: tomar decisiones.

Con el gesto de sentar a Ronaldinho ha dado un aviso a la plantilla. Ha puesto la primera piedra para recuperar al crack... y para motivar al resto. Ha puesto en marcha la rueda de la competencia, la que hace girar a los equipos de fútbol. Poniendo a los que están más en forma, se llamen como se llamen, ha hecho que todos se esfuercen más. Detrás de Rijkaard, el Barça ha cambiado y el equipo ya parece otro.

09 diciembre 2007

Robaldinho, el ladrón de ilusiones

Ronaldinho es un ladrón. Embriagado por la fama, el dinero y las mujeres, se ha olvidado de sus virtudes, nos ha robado su magia y se ha convertido en un jugador casi casi vulgar.

En su meteórica subida a los cielos llegó a besar la cima, fue aclamado por todo el mundo como 'el mejor', maravilló con su fútbol exquisito, llevó la alegría al Barça más triste de los últimos tiempos y conquistó títulos, individuales y colectivos.

Pero fue tocar la gloria y cayó como el plomo. Se olvidó de cuidarse, se entregó a la 'dolce vita' y en el camino se dejó la magia que lo había hecho especial. Esa es su gran culpa.

Podía haber sido un fuera de serie de fama legendaria. Pero se conformó con ser uno de los mejores de su tiempo. Que no es poco. La pena es que con su decisión, le robó la ilusión a muchos amantes del fútbol.

Y a muchos seguidores del Barça. Con 'Robaldinho' , la grada del Camp Nou ha recuperado uno de sus viejos 'tics'; se ha vuelto a dividir entre Ronaldinhistas ("Se recuperará seguro") y anti-Ronaldinhistas ("A este vago hay que venderlo ya"). Unos lo recordarán siempre y lo harían jugar hasta sin dientes. Los otros ya han olvidado que ha sido el mejor jugador que ha pasado por el Camp Nou en la última década. Por muy 'Robaldinho' que sea y por muchas ilusiones que haya robado.