El Barça, un 'segundón' de primeraLas triquiñuelas de Sir AlexCiao Ronaldinho, gracias por todo y buena suerteCuando los alemanes sabían jugar al fútbol...Goikoetxea, el central de hierroRaúl, la calidad que no se vePero... ¿sabe realmente Rijkaard de fútbol? : Desde la red

29 abril 2008

El Barça, un 'segundón' de primera

El Barça dijo adiós al sueño de estar en la final de Moscú. Decepcionado y decepcionante, el equipo demostró una vez más una alarmante incapacidad para marcar goles. A falta de inspiración, por no tener no tuvo ni carácter para torcer el rumbo de la eliminatoria.


Es la enésima decepción del Barça de Rijkaard este año. Semifinalista de Copa, semifinalista en la Champions y, durante la mayor parte de la temporada, segundo en la Liga, el equipo ha demostrado este año vivir en un constante quiero y no puedo.

Es el resultado de tener una plantilla acomodada que parece abonada a la mediocridad. La mayoría de jugadores ya no destacan por nada. Es como si el virus Ronaldinho se hubiera contagiado tan rápido como se contagió su sonrisa allá por el año 2003.

El resultado es un equipo que promete mucho y no llega a nada. Un equipo que se ha pasado el año a la sombra del Madrid y cayendo en semifinales. En definitiva, un 'segundón' de primera.

27 abril 2008

Las triquiñuelas de Sir Alex

Alex Ferguson es un perro viejo del fútbol. A sus 67 años es el entrenador que más títulos ha conseguido de Inglaterra. Claro que, después de 21 años al frente del ManU, tampoco es de extrañar que haya podido llenar su vitrina de trofeos...

Este escocés, nombrado 'Sir' por la reina Isabel II en 1999, ha mantenido a los 'diablos rojos' en la élite de la Premier y de Europa durante las dos últimas décadas. Y en este tiempo ha cosechado 27 títulos y toneladas de experiencia futbolera.

Por todo esto, choca un poco que haya quien se anime a menospreciar al Manchester y a su técnico después del emapte a cero del Camp Nou en la ida de la Champions League.

Si bien es cierto que el Barça dominó el encuentro a placer, también lo es que el Manchester le cedió descaradamente la inciativa. Sir Alex sabe que esto es un partido de 180 minutos. El primer 'round' lo saldó con su portería a cero, su primer objetivo, y ahora se reserva para dar el golpe de gracia en Old Trafford.

El viejo engañó a todos colocando a Rooney, Cristiano Ronaldo y Tévez en un mismo 'once'. Una triquiñuela para frenar las ansias atacantes del Barça que a la postre le salió bien. Hasta sus delanteros defendieron demostrando un carácter que difícilmente podrá demostrar el Barça en el 'teatro de los sueños'. Pero eso ya forma parte de la segunda parte del plan de Ferguson. El martes veremos si Rijkaard y los suyos están a la altura de Sir Alex...

12 abril 2008

Ciao Ronaldinho, gracias por todo y buena suerte

Existe la creencia entre muchos culés que los cracks del Barça acaban saliendo todos por la puerta de atrás. Lo cierto es que algunos sí se fueron por la puerta falsa sin hacer ruido, otros haciendo demasiado y algunos, pocos, por la puerta grande.

A nadie escapa que los días de Ronaldinho en el Barça han llegado a su fin. La decadencia del brasileño ha hecho correr ríos de tinta y ha llenado cientos de debates. Ahora que se va sería buen momento para hacer balance de lo bueno y malo y despedirlo como se merece.

Algunos dirán que se ha dejado llevar por la fama, que con lo que cobra ha estafado a los seguidores. Y no querrán saber nada más de él. No estaría de más recordar que cuando Ronaldinho llegó al Barça él solito sacó al equipo de la más profunda depresión. Y con él como estandarte se ganaron dos Ligas (2004-05 y 2005-06) y una Champions (2005-06). Pero por encima de todo, nos regaló goles, jugadas, pases, faltas, chilenas y regates inolvidables. Partidos memorables como el día que, con Ronnie en su máximo esplendor, el Barça ganó 0-3 al Madrid de los galácticos en el Bernabéu y él solito arrancó los aplausos de la afición del eterno rival.



Hay que aceptar que la etapa de Ronaldinho en el Barça ha terminado. La vida sigue, el fútbol sigue. Otros vendrán y se irán. Pero por esa tarde en el Bernabéu y por tantas otras tardes como esa, es hora de decir: "Ciao Ronnie, que te vaya muy bien, gracias por todo y hasta siempre". Que no se diga nunca que él no salió como llegó: por la puerta grande. La historia lo agradecerá.

10 abril 2008

Cuando los alemanes sabían jugar al fútbol...

Seleccion alemana campeona del mundo en Italia'90. Arriba: Berthold, Illgner, Kohler, Buchwald, Voeller, Augenthaler. Abajo: Littbarski, Brehme, Hässler, Klinsmann, MatthäusHubo un tiempo, no hace muchos años, en que los alemanes eran maestros jugando al fútbol. Por aquel entonces, tanto a nivel de clubs como a nivel de selecciones, jugar contra un equipo alemán significaba pasarlas canutas.


Pero el fútbol ha cambiado. La Bundesliga es hoy una liga menor plagada de extranjeros de medio pelo, equipos ramplones y muy poco nivel futbolístico. La cantera germana se ha oxidado, ya no es tan prolífica y la mayoría de sus productos ya no son excelentes.

Que el Schalke 04 sea el segundo clasificado en Alemania dice muy poco del torneo teutón. Los Neuer & Cia perdonaron al Barça en el Camp Nou en un correcalles impropio de la Champions que habría hecho llorar de pena a los Beckenbauer, Stielike, Schumacher, Breitner, Schuster, Müller, Magath... ¡Si hasta el Getafe le tosió en la cara al todopoderoso Bayern!

No hace mucho los alemanes eran expertos futbolistas. Dominaban este deporte hasta puntos insospechados. Los inventores del fútbol, los ingleses, llegaron a alimentar un odio visceral contra ellos. Su orden, su eficacia y su implacable superioridad a la hora de competir acuñaron el mito del equipo alemán, ese que siempre llega a las finales aún jugando mal.

Como en el Mundial de Italia '90 (aunque aquella vez, además, jugaron bien). Fue el 8 de Julio de 1990, en el Estadio Olímpico de Roma. Alemania se impuso a la Argentina de Maradona, Canniggia y Valdano gracias a un gol de penalty de Andreas Brehme. Después de llegar a dos finales (México'86 y España'82) y caer ante Argentina e Italia, los alemanes conquistaban la cima de su fútbol.

Aquel equipo lo formaban nombres con aires de leyenda: Illgner; Brehme, Kohler, Augenthaler, Buchwald; Berthold, Littbarski, Hässler, Matthäus; Völler, Klinsmann. Fue la última gran hornada de futbolistas alemanes. Tipos que, sin duda, sí sabían jugar al fútbol...

09 abril 2008

Goikoetxea, el central de hierro

Nunca olvidaré la primera vez que fui a un estadio de fútbol. Fue el el 13 de diciembre de 1981, yo tenía 7 años y mi padre me llevó a San Mamés, la Catedral del Fútbol. Por aquel entonces vivíamos cerca de Bilbao y me disponía a ver enfrentarse a mis dos equipos preferidos, el Athletic y el Barça.

Recuerdo que el estadio me impresionó. Era muy grande y muy gris, con mucha gente que vestía los colores del Athletic. La única jugada que recuerdo fue la que marcó el partido y, de rebote, aquella Liga. Un defensa del Bilbao se tiró al verde suelo de la Catedral y barrió al 'bueno' del Barça, un rubio al que todos llamaban Schuster y que ponía la pelota donde quería.

El defensa era un tal Andoni Goikoetxea y dos años más tarde se haría famoso después de lesionar de manera similar en otro Barça-Athletic a Diego Armando Maradona, un argentino que aclamaban todos como el mejor jugador del mundo.

El día que cazó a Maradona

Lo de Schuster fue el apertivo porque la leyenda del Goiko más salvaje nació pegada al Pelusa. Fue el 24 de septiembre de 1983 en el Camp Nou. El defensa cazó a Maradona, el nuevo niño prodigio del fútbol por el que el Barça había pagado una millonada, le destrozó el tobillo y fue sancionado con 18 partidos que luego le rebajarían a 7.

Así relata Maradona el lance en sus memorias:

"Cuando el vasco Andoni Goikoetxea me fracturó, nosotros le íbamos ganando tres a cero al Athletic, ¡tres a cero! Poquito antes, Schuster le había entrado fuerte a Goikoetxea. Como tiempo atrás el vasco había lesionado al alemán, el estadio se vino abajo: "¡Schuster!, ¡Schuster!", gritaban, como aplaudiendo la venganza. El vasco estaba que volaba: "Yo lo voy a matar a éste", decía. Entonces le dije: —Tranquilo, Goiko, serénate, que por ahí te ganás una amarilla... Se lo dije de corazón, porque lo había visto nervioso. Y enseguida, corrí a buscar la pelota hacia el arco nuestro, a mitad de la cancha. Corrí porque pensé que Goiko me iba a anticipar, ya lo veía en el área nuestra... Piqué con él, le gané, la puntié, y cuando fui a pisar para girar y salir... track... vino el hachazo de atrás. Sentí que se me aprisionaba la pierna, que tenía todo destrozado"



Después de la grave lesión de Maradona, la rivalidad entre vascos y catalanes llegó a su punto más alto. La prensa, tan propensa a crear mitos y leyendas, bautizó al fiero Goiko como el 'Atila' vasco y no faltó quien lo llamara asesino, salvaje, guarro... Tal huella dejó esa jugada que hace poco, 25 años después de aquello, el diario inglés 'The Times', lo nombraba jugador más duro de la historia del fútbol y en Inglaterra lo rebautizaban como 'El Carnicero de Bilbao'.

Un central 'de los de antes'

Lo cierto es que, más allá de la anécdota de las graves lesiones de Schuster y Maradona, Goikoetxea fue un central de primer nivel. Un tipo de jugador en vías de extinción. Era duro sí, expeditivo, fuerte pero también gran cabeceador y un ejemplo de coraje. Desde el centro de la zaga imponía respeto al rival y daba alas a su equipo.

Explicando el origen de su afición al fútbol explicaba también su forma de ver el juego: "Cuando Beckenbauer se rompió la clavícula en cierto partido y siguió jugando, yo me dije que algún día intentaría ser como él", rememora Andoni. Escogió un buen espejo en el que mirarse aunque sus dotes fueron un poco distintas. Aún así, Andoni Goikoetxea Olaskoaga [Alonsotegui (Vizcaya), 23-08-1956] jugó en el Athletic entre 1974 y 1987, fue internacional 39 veces y ganó dos Ligas y una Copa del Rey.

Preguntado por el mejor delantero al que se había enfrentado, Goikoetxea dijo una vez: "A mí nunca me hubiera gustado enfrentarme a Estanis Argote, para mí, el mejor delantero de nuestro fútbol". Todo un elogio viniendo de alguien que había perseguido a los mejores de su época; Quini, Maradona, Rincón, Kempes, Marañón, Santillana...


Así era, Andoni Goikotxea, un central de los de antes, un central de hierro (carnicero o no) que cosechó éxitos en un equipo que marcó una época.

Con él empiezo mi colección de cromos de fútbol.

Por cierto, el día que Goiko se cargó a Schuster, conmigo en la grada de San Mamés, el partido terminó 1-1 con goles de Quini para el Barça y Dani para los leones. Aquel año, la Real Sociedad conquistaría su segunda Liga consecutiva pero ya se estaba fraguando el Athletic campeón de las temporadas 1982-83 y 1983-84.

05 abril 2008

Raúl, la calidad que no se ve

Raúl es un jugador atípico. Si analizas su juego ves que, sin destacar en nada, lo hace todo bien. No es un grandioso regateador, no es el más rápido, tampoco es el paradigma del cabeceador ni un virtuoso rematador.

En cambio, Raúl, sin ser una referencia en los detalles cumple bien en todo. De hecho, su juego destaca solo por dos cosas: su movilidad -algo al alcance de casi todos- y su oportunismo -un intangible al alcance de unos pocos-.

Por lo demás, futbolísticamente, Raúl es un buen jugador pero no un crack. Entonces, ¿qué lo hace especial? ¿Por qué lleva tantos años en la cresta de la ola metiendo goles y ganando títulos? La explicación está en lo que el maestro Cruyff llamaba la 'calidad mental'.

Raúl, que no es alto ni bajo, guapo ni feo, rápido ni lento, es un jugador que vive permanentemente concentrado en lo suyo: el fútbol. Se mueve con inteligencia, lee los partidos, las jugadas y saca provecho de cada situación. Y no se cansa nunca de hacerlo. Como tampoco se cansa nunca de ganar. Ahí está la grandeza de este jugador. En su predisposición mental. Una 'calidad' que no se ve pero que, en la perspectiva de una carrera, supera y ensombrece a todas las demás.

04 abril 2008

Pero... ¿sabe realmente Rijkaard de fútbol?

No es broma, me lo pregunto seriamente. Es un gran gestor de egos, no pierde nunca la calma, confía ciegamente en sus principios, es educado -algo excéntrico pero educado-, entiende a los jugadores, le gusta el 'jogo bonito'... Sí, todo eso es cierto, pero, ¿sabe Frank Rijkaard realmente de fútbol? ¿Alguien lo calificaría como un estratega del fútbol?

Como jugador lo ganó todo en el mejor Milan de la historia. Era un mediocampista completísimo que tanto atacaba como defendía, de esos que leen los partidos y saben adaptar el ritmo de los encuentros a los intereses de su equipo.

Como entrenador, llegó al Barça casi sin experiencia y, después de una floja primera vuelta, se trajo a Edgar Davids en frebrero y el equipo terminó subcampeón con una excelente segunda vuelta y marcando estilo.

Luego vinieron dos Ligas y una Champions. El Barça jugaba bien, ofensivo, siguiendo la escuela holandesa y defendía también bien, en bloque, agresivamente, siguiendo la escuela italiana. En medio, Rijkaard aparecía como el diseñador apacible de este nuevo gigante del fútbol.

Un gigante que ha resultado ser efímero y que no ha sabido marcar época porque ha perdido sus señas de identidad a las primeras de cambio. Y en eso, como en el los méritos, también tiene su culpa el bueno de Franklin.

Después de la decepción del año pasado, el Barça va camino de quedarse otra vez en blanco. Rijkaard no ha sabido enmendar las carencias de ayer con fichajes de garantías y parece impotente en el día a día, incapaz de tomar decisiones tácticas decisivas. No es precisamente un gran estratega. Cambia jugadores como si fueran cromos pero siempre con el mismo y previsible esquema. Ni siquiera cuando el Betis avisaba que iba a remontar fue capaz el técnico de salir del banquillo y hacer cambios. Vive entregado a la autogestión, quizá porque en el fondo no sabe tanto de fútbol...