Desde la red

Al fin Luis Aragonés disipó sus dudas y lo hizo inclinándose por la apuesta Barça. Muchos fueron los debates antes del fantástico debut mundialista contra Ucrania. Polémicas que zanjó 'el Sabio' el día del partido con una apuesta joven, creativa y consistente. La apuesta Barça, una apuesta de futuro.

Y es que Puyol se convirtió, como en el Barça, en el estandarte de la defensa española. El de la Pobla estuvo inconmensurable todo el partido, abortando todas las insinuaciones atacantes de Ucrania y todavía tuvo energía para irse al ataque en el último gol español, una obra de arte que el blaugrana dejó para que rubricara Fernando Torres en el que, para muchos, es el gol más bonito de lo que va de mundial.

Si Puyol se colocaba los glones atrás, tres cuartos de lo mismo hacía Xavi en el mediocampo. El de Terrassa, como en el Barça, dirigió la orquesta española con la misma maestría con que mueve la maquinaria azulgrana. Instalado en la zona de creación, Xavi se convirtió en el otro baluarte de Luis. Marcó el tempo del partido, masacró a la defensa ucrania con sus pases entre líneas y desesperó a los mediocampistas rivales escondiéndoles el balón, haciéndoles correr kilómetros en vano.

Raúl se quedó en el banquillo y Luis García, otro ex azulgrana, se convirtio en el enganche perfecto de Villa y Torres. Con su movilidad, el jugador del Liverpool hizo un nudo en la defensa de Ucrania y llenó de agujeros letales su bien planeada retaguardia.

Pero Luis no sólo tiró de hombres y de nombres. El técnico apostó por un 4-3-3, una apuesta fuerte, muy parecida a la que practica el Barça de Rijkaard. Firmes en defensa, un mediocampo que combina la imaginación con el músculo (Senna y Alonso estuvieron perfectos aportando este equilibrio) y una delantera con magia, lanzada al ataque, obsesionada por principios con el gol.

¿No les recuerda eso en algo al Barça? Esperemos que la apuesta de Luis Aragonés siga funcionando. Lo que es seguro que, llegue el resultado que llegue, el buen fútbol, como en el Barça, eso está asegurado. No está mal, ¿no?