Samuel Eto'o, la arrogancia del gol
Fue llegar él y todo ponerse de cara para el Barça. Con Eto'o en el campo, el Barça barrió sin problemas al nuevo Athletic de Mané (3-0) y, lo que es más importante, volvió a tener verticalidad, volvió a imponer respeto, volvió a gustar...
Sería injusto personalizar la metamorfosis del Barça en Eto'o. Seguro que influyeron otros factores; que el Athletic no es el Liverpool, los siete cambios que introdujo Rijkaard, la motivación post-derrota y, también, sí, el regreso de Eto'o.
Con el camerunés en el campo Ronaldinho es más libre y el equipo empieza a defender antes. Ya lo dije hace tiempo, en Japón [ver]. Y el domingo se volvió a comprobar.
Samuel Eto'o, para bien y para mal, es un delantero de raza que destila inconformismo y arrogancia. Un delantero en permanente idilio con el gol, su única y verdadera meta por mucho que suelte tópicos tipo "la victoria es lo más importante" o "el equipo es lo primero".
De hecho la arrogancia forma parte de su carácter y le hace ser lo que es. Para Eto'o lo primero es él, lo segundo él y lo tercero Eto'o. Pero, visto lo visto, mientras el ego no se le desmadre demasiado fuera del campo, al Barça ya le viene bien así...