Desde la red

Ronaldinho no está bien. Lleva todo el año siendo una sombra de sí mismo. Mantuvo al equipo con su puntería a balón parado durante las ausencias de Eto'o y Messi pero llega a este final de temporada fundido y sin atisbos de recuperación.

Todo empezó en el Mundial de Alemania a donde llegó envuelto en un aura de semidios, señalado por todos como el hombre a seguir y de donde salió por la puerta de atrás, vulgarizado y cansado, sin apenas dejar rastro de su brillo.

Desde entonces, no nos engañemos, Ronaldinho no ha vuelto a ser aquel 'mejor jugador del mundo' que conocimos. Lleva un año lleno de altibajos, maquillado por los 17 goles que ha conseguido en la Liga -sólo 6 en jugada-, pero sin desplegar el juego que maravilló a propios y a extraños.

Ya hay quien se aventura a decir que el astro no volverá a brillar nunca más como en sus primeros años, que no se cuida, que entrena poco, que sale demasiado, que sólo piensa en el dinero y demasiado poco en cuidarse. Ya hay quien optaría por venderlo al Milan...

La verdad es que es difícil conocer las causas de la debacle de Ronaldinho sin estar en su círculo más cercano. Los que lo tratan no se cansan de pedir paciencia, anunciando que el crack volverá. Y los que lo vemos apagarse día a día cada vez intuimos un futuro más y más gris para el que ha sido -y ya no es- uno de los jugadores más grandes de la historia.

Con 27 años, ¿le habrá llegado la hora de los homenajes a Ronaldinho?