El mejor (todo) de 2006Yo me quedo con el gol de DrogbaFaltó un poco de Eto'o y Messi para tener un poco de RonaldinhoEstudiantes-Boca, otra forma de desempatarEl Mundial de Clubs, un título extrañoUna imagen vale más que mil palabras...Ronaldo, el grandeRonaldinho, el listoJarque selección : Desde la red

29 diciembre 2006

El mejor (todo) de 2006

Con el final del año, inevitablemente, llegan los rankings. Ese afán por registrar el mejor... lo que sea o el más... lo que sea llega también al fútbol. En 20minutos.es proponen elegir el mejor gol del año 2006 entre estos candidatos. No especifican si ha de ser el mejor por su belleza, importancia o dificultad, sencillamente se trata de elegir 'el mejor' y, aunque quizá no estén todos los mejores, los hay de auténtica antolgía. Yo, aunque me duela, me quedo con el golazo de Lampard al Barça...


Chilena de Ronaldinho // Gol de Maxi en el Mundial


Drogba desde 40 metros // Zapatazo de Lahm en el Mundial

Henry al Madrid en la Champions //Gol imposible de Lampard al Barça

Torres a Ucrania en el Mundial // Kaká a Croacia

Guti y Zidane, mano a mano // Media chilena de Chevantón al Madrid

Urzaiz en plan acróbata //Jugadón del Atalanta con Doni

Misiles: Taylor, del Portsmouth, no se lo pensó // Angulo sí.

Desde México: regate de Kléber Boas // Tijera de Óscar Rojas

Los 50 metros de Villa // Kaká al Anderlecht

Gran falta de Yeste // Gol de tacón de Carew al Madrid

19 diciembre 2006

Yo me quedo con el gol de Drogba

Este fin de semana, mientras el Barça se estrellaba en Japón, las ligas de fútbol seguían su curso en Europa, ajenas a Mundiales y 'jet lags'. Como anticipando las fiestas, Drogba y Angulo se sacaron de la manga dos regalos para enmarcar.

En España, el Madrid de Capello truncó la buena racha del Espanyol a base de catenaccio y eso que sufrió la injusta expulsión del mejor jugador del mundo, Fabio Cannavaro. La victoria acercó a los Raúl y compañía al liderato pero no resolvió el debate que se vive en la casa blanca; resuladismo vs espectáculo. Mientras, el Sevilla de Juande Ramos y Del Nido -el mismo que afirmó esta semana que a Rijkaard no lo querría ni para entrenar al B- se aupaba al liderato ganando con solvencia al Recre a domicilio (1-3) sin debate alguno.

En Francia, el O. Lyon sigue a años luz de sus perseguidores demostrando semana a semana que la liga gala se le queda pequeña. Algo parecido a lo que le pasa al Inter en el Calcio donde los de Mancini, con Materazzi marcando goles de chilena en plan Ronaldinho, mandan a placer. La verdad es que sin Juventus ni Milan el Scudetto está algo descafeinado...

Todo lo contrario que la Bundesliga donde el Bayern parece despertar y ya amenaza la supremacía del Werder Bremen. Como el Chelsea de Mourinho en la Premier. Un golazo de Drogba supuso la victoria de los blues ante el Everton (2-3) que siguen la caza del líder, un ManU imparable.

Pero cuestiones estadísticas a un lado, la jornada futbolera nos dejó dos regalos para los ojos en forma de dos golazos. Uno, el de Drogba, quien chutando desde su casa muy cerca del final le dio los 3 puntos a 'Mou'. El otro, el de Angulo al Zaragoza, también desde larga distancia.

Aunque ambos son de una belleza plática innegable, me quedo con el de Drogba. Por dificultad, importancia y estética. El control y la ejecución son perfectas. En el de Angulo, aunque precioso, creo que el portero César queda un pelín en evidencia. Juzga tú mismo...

El gol de Drogba:




Y el de Angulo:


18 diciembre 2006

Faltó un poco de Eto'o y Messi para tener un poco de Ronaldinho

Cura de humildad en Japón. El Barça cayó el domingo en la final del Mundial de Clubs al ser derrotado por el Internacional de Porto Alegre (1-0). Una derrota dolorosa que tiene múltiples explicaciones...

Las finales se deciden por detalles, matices ligeros que decantan la balanza con apariencia de capricho. Rijkaard planteó el partido contra el Inter como lo que era: una final. Los jugadores de uno y otro equipo empuñaron sus armas. El Barça llevó la iniciativa y el Inter se la cedió.

Eso ocurrió durante muchos minutos. Pero los azulgranas no tradujeron el dominio en gol. La rocosa defensa brasileña logró su propósito. Seguramente otro gallo hubiera cantado si en lugar de salir con la tripleta Giuly, Gudjohnsen y Ronaldinho, el Barça hubiera alineado al trío Messi-Eto'o-Ronaldinho. Claramente, suena diferente.

Y eso no sólo por la contrastada calidad de Eto'o y Messi, sino porque su presencia y su mordiente habrían repartido el protagonismo en el ataque, dejando espacio a Ronaldinho para aparecer, algo que evitaron muy bien los brasileños con un marcaje de libro a la estrella del Barça.

Tampoco Rijkaard movió bien sus piezas desde el banquillo. Belletti dio profundidad pero tener un Zambrotta en una final es un seguro de vida que el holandés desperdició. Luego, la entrada de Xavi abrió la final, sí, pero sin Motta en la medular el partido se convirtió en el correcalles que quería el Inter y Iarley encontró ahí el filón que acabó matando al Barça.

Sin duda habrá otros motivos que explicarían la derrota japonesa; 'jet lag', falta de tensión, que el Barça jugó peor, desacierto cara a puerta, exceso de confianza tras una semifinal 'chupada', el pegajoso marcaje a Ronaldinho... Pero yo me quedo con estos dos: las ausencias de Eto'o y Messi y la mala gestión de los técnicos del Barça. La buena noticia para los culés es es que todavía les queda un título por conquistar. Be water my friend...

12 diciembre 2006

Estudiantes-Boca, otra forma de desempatar

El Torneo Apertura 2006 de Argentina ha llegado a la última jornada del campeonato con un empate técnico entre Boca Juniors y el sorprendente Estuadiantes de la Plata que entrena el ex atlético Diego Simeone. Un empate que, a diferencia del sistema español, se deshará gracias a un enfrentamiento directo entre los dos implicados.

La cita, dramática, será el miércoles y el lugar, un campo neutral, el estadio del Vélez Sarsfield, con capacidad para 35.000 espectadores. El reparto está claro: 17.500 entradas para cada equipo. Si Estudiantes y Boca terminan empatados al término de los 90 minutos, se jugará una prórroga de 30 y, de persistir la igualdad, el título se dirimirá en una tanda de penaltis.

La culpa de todo la tiene una última jornada del Apertura de infarto. Boca perdió ante Lanús en la Bombonera (1-2) y Estudiantes doblegó a Arsenal (2-0) dejando la clasificación en Argentina como sigue:

  • 1 Boca Juniors ............ 44 19 14 2 3 41 17 (+24)
  • 2 Estudiantes LP ......... 44 19 14 2 3 35 12 (+23)

Lo que llegará el miércoles es épica pura. Fútbol directo a la vena para un país acostumbrado a la pasión. ¿Empataron después de 19 partidos? Pues que se lo jueguen al mejor, a cara de perro. Cierto que así el torneo de la regularidad se transforma en duelo a vida o muerte. Pero también lo es que el ganador acabará siendo el más regular. Ah, y que les quiten lo bailado a los aficionados...

En la Liga española, en cambio, la igualdad final en la clasificación no contempla un partido directo como método de desempate. El sistema español es más estadístico y menos apasionado. El empate a puntos lo deshace la diferencia de goles en los enfrentamientos directos -goal average particular-. Si persiste el empate, gana el equipo que en el global de la Liga haya obtenido mayor diferencia entre goles marcados y encajados -goal average general-. Y si aún así persiste el empate, resulta campeón el que ha marcado más tantos.

Una curiosidad, si jugara en España, Boca Juniors ya sería campeón gracias al 2-0 que le endosó a Estudiantes en su duelo particular de la 5ª jornada, el pasado 3 de septiembre. También por la diferencia de goles a favor y en contra ganaría Boca.

Pero Argentina no es España, y allí se desempata diferente. ¿Qué pasará? La respuesta el miércoles...

El Mundial de Clubs, un título extraño

El Barça ya está en Japón donde el jueves empezará a disputar el Mundial de Clubs, un título como mínimo extraño que todavía no figura en las vitrinas del Camp Nou.

El Mundial es extraño por varios motivos. Para empezar nadie se pone de acuerdo con el nombre; Mundial, Mundialito, Copa Intercontinental...

Es el típico título que si lo gana el rival es rebajado al nivel de bisutería copera y si lo gana tu equipo parece que acabes de entrar en el Olimpo del fútbol con letras de oro, japonesas en este caso, pero de oro.

Y es que desde hace años, el Mundial de Clubs (yo prefiero llamarlo así) se juega en el lugar más alejado de nuestro epicentro futbolero. Eso, que le da cierto exotismo, también contribuye a hacerlo sino extraño, como mínimo lejano.

Pero hay más. Resulta que el campeón de la todopoderosa Europa, esta vez el Barça, se mete 11 horas de viaje en avión para jugarse un título a cara o cruz contra los campeones de África, Oceanía, América (Centro y Sur) y Asia. Ah, y lo hace nada menos que en Japón. Si no fuera por el glamour de que se viste el torneo, el planteamiento mismo sonaría a pitorreo.

Porque no nos engañemos, excepto el campeón de la Libertadores (este año el Internacional de Porto Alegre), los demás rivales no pasarían de mitad de la tabla en una liga como la española. Y, el máximo rival, el mencionado Inter, suena más a equipo de torneo veraniego o a cantera de brasileños con futuro que a rival para entrar en el Olimpo.

El caso es que, sea por pura mercadotecnia, sea porque juegan los mejores clubs de cada continente, el Barça se juega estos días conquistar el Mundial de Clubs, un título que, como mínimo, le dará algo más de prestigio en este [extraño] mundo del fútbol...

07 diciembre 2006

Una imagen vale más que mil palabras...



La defensa alemana, burlada, observa cómo el balón lanzado por Ronaldinho se cuela por debajo de la barrera. El gol significó el 1-0 en el Barça-Werder Bremen jugado el martes. El preludio del 2-0 final que certificaría el pase de los azulgranas a los octavos de la Champions.

Y para completar el cuadro, ahí va el vídeo del gol. Ojo al toque exótico; está narrado en japonés (creo)...

Ronaldo, el grande

Si el fútbol fuera mitología, Ronaldo sería una especie de héroe caído, un Aquiles moderno, cuyo talón fue una rodilla pero al que le dio tiempo de escribir, en un año, una de las páginas más bellas de la historia del fútbol.

Ronaldo llegó a Barcelona procedente del PSV Eindhoven en 1996. Las imágenes que llegaban de Holanda presagiaban algo grande pero ni mucho menos tanto como al final demostró ser.

Y es que en esa temporada, la única en que vistió la camiseta azulgrana, Ronaldo marcó la friolera de 47 goles en 49 partidos, algunos de ellos los más hermosos que se han visto en la historia del fútbol moderno.

Junto a los Guardiola, De la Peña, Figo y Luis Enrique y bajo las órdenes del entrañable Bobby Robson, el Camp Nou vio hacerse grande a este portento de la naturaleza que se vino a llamar Ronaldo.

Hace poco, Arrigo Sacchi, uno de los técnicos que lo vio de cerca (ya en el Real Madrid), le dedicaba estas palabras: "Dios te ha dado demasiado y tú quieres aprovechar tan poco...". Un elogio que esconde un reproche. Seguramente injusto.

Después un buen primer año en el Inter -marca 25 goles y conquista la Uefa-, y un segundo un tanto irregular, Ronaldo cae gravemente lesionado el 12 de abril del 2000 en un Lazio-Inter. Una rotura del tendón rotuliano de la rodilla derecha lo deja 20 meses en el dique seco. Y a partir de entonces, el brasileño nunca volverá a ser el mismo.

En el Mundial de Corea y Japón vuelve a golear y el Real Madrid de Florentino se lo lleva de un golpe de talonario pero, por mucho que se engañen algunos, Ronaldo ya no es el mismo. Las lesiones lo hicieron madurar y humanizaron al mito. Mantuvo la puntería, excepcional, un punto de velocidad y todo su olfato. Pero con el yeso la magia se esfumó para siempre. Por eso Sacchi es injusto.

Para el recuerdo quedan imágenes imborrables como la galopada de Compostela, el gol imposible al Valencia atravesando la defensa por el centro, la cara de Bobby Robson clamando al cielo y llevándose las manos a la cabeza o ver a monsieur Blanc sonriente haciendo ver que le limpiaba la bota al astro.

Aquel año el Barça fue segundo en la Liga pero conquistó la Supercopa de España, la Copa del Rey y la Recopa de Europa. Ronaldo fue el Pichichi de la Liga 96-97 con la friolera de 34 goles y el año siguiente fue galardonado con Balón de Oro al mejor jugador del Mundo.

Sus diferencias económicas -o mejor dicho las de sus representantes- con el presidente Núñez terminaron en ruptura y, después de sólo un año en can Barça, Ronaldo se marchó al Inter ya bautizado como 'Il Fenomeno'. Era un mito, un goleador imparable, uno de los delanteros más completos que han existido jamás.


Ronaldinho, el listo

Corría el minuto 11 del partido. El Barça había salido a comerse al líder de la Bundesliga, el Werder Bremen, consciente de que el campeón podía quedar apeado de la Champions en la primera liguilla.

El abanderado de la ofensiva azulgrana no era otro que Ronaldinho. Fiel al grito de guerra de Rijkaard -“salid y pasadlo bien”, había dicho el holandés en el vestuario- el equipo se entregó a la faena. Era fácil, el Camp Nou, lleno a rebosar, olía a noche mágica y eso siempre ayuda.

El brasileño salió enchufado, metido como nunca en el partido, con esas ganas que contagian su alegría al público (qué curioso, ya nadie habla de baja forma, salidas nocturnas o bulas papales) y que hacen presagiar que Ronaldinho hará algo excepcional.

Y ese algo excepcional ocurrió justo en el minuto 11. Ronnie recibió de espaldas en la frontal del área teutona y, escondiendo el balón, esperó que el ímpetu de alguno de los centrales lo derribara. Era la primera parte de su plan. La segunda, la tenía bien estudiada. "Esa falta la tenía en la cabeza", diría más tarde. Cogió el balón con mimo y, cuando hasta los culés más pesimistas pensaban que metería el balón en la escuadra, Ronaldinho, el más listo, disparó raso por debajo de la barrera.

Los defensas habían saltado como si tuvieran muelles, justo lo que el brasileño quería, justo lo que él sabía. Como dijo en su día Valdano, el fútbol vive más de engaños que de aciertos. Y en ese arte, Ronaldinho demostró que es de los mejores. El Gaúcho es único porque tiene la idea genial y, además, tiene la calidad para ejecutarla. Que nadie lo dude, Ronaldinho quería hacer lo que hizo. El balón se coló en la portería de Wiese mansamente, ante el estupor del guardameta. Lo más difícil estaba hecho y con el 1-0 el resto del partido ya era historia. El Barça seguirá en la Champions, en gran parte, porque tiene en sus filas a uno muy pero que muy listo.

04 diciembre 2006

Jarque selección

Hola Luis. Deja un momento tu fútbol de 'taca-taca' y dentadura postiza y baja a la Tierra. Es que hay un jugador que te podría ir bien para ir dándole pinta de selección a la selección española...

Se trata de un central tipo Pablo -el del Atlético, el que te gusta- pero como diez o doce veces mejor. Juega en el Espanyol, se llema Jarque y no hay que ser un 'Sabio' para ver que apunta alto, muy alto.

Contra el Ajax en Amsterdam ya se salió. No solo defendiendo sino, además, sacando el balón jugado en plan Beckenbauer. Y contra el Sevilla volvió a ser uno de los puntales del equipo que protagonizó la sonora remontada del Espanyol.

Un central con muchísimo futuro, que domina todas las facetas del juego y que, a su edad -tiene 23 años recién cumplidos-, demuestra un alto grado de madurez. Aunque es alto -185cm-, Jarque es un jugador que no tiene problemas para salir con el balón controlado y se suma al ataque con facilidad. Un valor seguro que, si el Espanyol no vigila mucho, pronto será tentado por algún grande... Quizá entonces Luis Aragonés lo vea.